Cuando la humanidad aprenda a humillarse delante de Dios las cosas cambiarán

 

“Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”. Santiago 4:7

“Bendiciones”, Hoy día vivimos momento de angustias que afanan nuestros días, por más que lo intentemos el enemigo siempre encuentra una brecha  en nuestra Fe y por esa fisura se deja colar, causando en nosotros destrozos por medio de sensaciones  de Temor y Terror, al extremo de hacernos creer que podemos estar frente a la muerte.

Lo primero que debemos aprender o recordar, que el enemigo no tiene autoridad sobre el pueblo de Dios, cualquier circunstancia o situación que nos afecte acontece; Porque nosotros lo permitimos o porque somos pedidos para ser probados, del resto todo lo demás son simple tentaciones que se convertirán en pecado cuando por falta de Fe o Conocimiento le damos entrada a nuestra vida, es importante tener presente que el enemigo.

 No Confrontara a ninguna persona que considere está en el mundo (Alejado de Dios), por cuanto los considera parte de él, los sucumbe y lo sumerge en el inmenso mar de la maldad y pecado haciéndoles creer que no tienen esperanza o que esa es la mejor forma de vivir.

Su seducción se dirige en primer orden a toda persona que ha recibido a Cristo Jesús como su único y suficiente salvador, por tal razón las Iglesias y en especial los nuevos creyentes son los semilleros que hurgara en busca de hacer desistir a las personas de su deseo de intimidar cada día más con Dios.

Ante esta circunstancia es necesario someternos a Dios hasta encontrar su presencia en nuestro interior…“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de Fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”. Romanos 10:8-11.

«Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6″… Una vez que Jesús está en nuestro corazón, el Espíritu Santo empieza a Fortalecer nuestra Fe, Guiarnos y a Enseñarnos toda verdad. Amén.

A…G.

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