¿Quién Soy yo para no perdonar?

quien soy yo para no perdonar… Esta es una gran pregunta, vale la pena repetirla una y otra vez hasta que nuestro consciente nos permita determinar que lo que queremos hacer nace del Corazón, el perdón de parte nuestra debe ser genuino de lo contrario solo logramos alimentar de manera fraudulenta nuestro ego y orgullo.

No es igual ser Perdonado que tener que Perdonar.
Ser perdonados y perdonar: pareciera ser fácil pero cuando profundizamos nos encontramos con un enigma difícil de entender, “La culpa, la rabia y el rencor” crean un sentimiento muchas veces indescriptible hacia la persona que consideramos que nos faltó y se anidan en nuestro corazón emergiendo el ego y el orgullo como enemigo del perdón, para que el perdón de parte nuestra funcione se necesita un corazón limpio con principios básicos de Amor al Prójimo, reconocimiento y arrepentimiento. Se debe tener conciencia de haber sido perdonado, para poder perdonar. No existen medios perdones o perdón por etapa. El perdón es total.

Pero sólo se puede hacer cuando yo siento y reconozco que fui perdonado por Dios, mis pecados me deben ser motivo de vergüenza, y solo cuando voy ante la presencia del Creador, y le pido perdón me puedo sentir perdonado por el Padre.

En lo personal considero que el pedir perdón fue una de las estrategias de mayor poder que el Rey David manifestaba de manera constante ante la presencia de Dios, cada vez que consideraba le había fallado o había hecho algo incorrecto o contraproducente a los deseos del Señor, simplemente le buscaba y rogaba por su perdón.
“Pidamos al Señor la gracia de entender la necesidad de ser perdonado nosotros y poder perdonar; *“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. 1era Juan 1:9”*, solo con un Corazón Limpio puede Emerger de nosotros el Perdón a Otros e inclusive alcanzar la Paz que tanto deseamos.
Una vez escuche decir: “Perdonar, es poner a un prisionero en libertad, y ese prisionero es uno mismo” o “Que el perdón es básico para disfrutar realmente de la vida”, después de algún tiempo y de experiencias propias puedo afirmar que cuando perdono al prójimo siento que de mí se desprende un peso que no me permitía avanzar, solo perdonando puedo seguir adelante. Amen.
A…G.

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